Un paseo ideal
- por Corina A.
- 1 mar 2013
- 2 Min. de lectura

Tarde de viernes. Caos vehicular y calles cortadas. Parece ser un panorama poco ideal para realizar una visita guiada en el centro porteño. Sin embargo, ahí estábamos. Tuvimos el privilegio de conocer la famosa Confitería Ideal que, entre otras cosas, se distingue por ser declarada Bar Notable, Sitio de Interés Turístico y Área de Protección Histórica (lo que implica que no puede modificarse ni demolerse). Ubicada en Suipacha 384 (y Av. Corrientes), en el barrio de San Nicolás, fue inaugurada por un español, un tal Fernández, en 1912. Todos sus elementos provinieron de Europa: el cristal biselado de las vitrinas, las arañas francesas, los vitrales checoslovacos. El antiguo ascensor ya no funciona. La confitería supo contar con orquesta de tango y también con orquesta de señoritas (que tocaba a las 17 hs.) en sus años de esplendor. El palco para la orquesta fue tapado y en su lugar funciona la pista de baile -en su primer piso-. En la década del '30 estaba abierta las 24 horas. Elegida por la colectividad inglesa. Fue la primera en organizar despedidas de solteras los días sábados. En cuanto al baile, resulta inverosímil y hasta contrastante que en medio del ajetreado ritmo de la calle Corrientes se halle esta imagen: gente muy bien vestida bailando tango despreocupadamente un viernes desde las dos de la tarde. Claro que, ya no existe el cabeceo de antaño sino que el caballero en cuestión se dirige a la mesa de la mujer que desea invitar a bailar. Actualmente se dictan clases de tango en el salón. Como detalles de color podemos aportar que entre quienes hacían sus pedidos al establecimiento se encontraban los presidentes Hipólito Yrigoyen y Juan Perón. Además, el local brindó su escenario a Estela Raval y los Cinco Latinos y aquí se filmaron escenas de la película "Evita" protagonizada por Madona. La histórica confitería lleva más de cien años manteniendo su estilo. Un lugar en donde es posible imaginar guapos, engrupidos, pebetas, así como timbas, malevos y puñaladas que marcaron una época. Un lugar en donde es posible envolverse en su magia para escapar de la locura urbana.
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