top of page

Houdini, las leyes del asombro

por Corina A.

Houdini

A modo de homenaje, Fundación Telefónica inauguró el 8 de marzo la muestra “Houdini, las leyes del asombro” que recorre la vida, los acontecimientos más significativos y descubre la personalidad del gran escapista. Finaliza el 2 de junio.

Harry Houdini, nacido en Budapest, Hungría, en 1874, fue uno de los grandes magos y el más conocido de todos los tiempos.

En la antigüedad la magia estaba relacionada a la adivinación del futuro y a la curación, mientras que en la Edad Media se perseguía a las “brujas” por sus “poderes” sobrenaturales, en una sociedad que les temía al ser capaces de cosas inexplicables en aquel entonces. Pero la magia como entretenimiento fue impulsada por Houdini, quien sigue siendo un referente en el género.

Inspirado en Robert Houdin, un mago francés quien inaugura la etapa de oro de la magia, cuando los magos ya no aseguraban que tenían poderes sino que sus trucos estaban basados en un engaño. De él toma ideas y su apellido artístico agregándole una “i”, luego trata de revelar sus trucos y lo borra prácticamente de la historia.

Fue una celebridad a todo nivel, un maestro no solo del ilusionismo y el escapismo sino de la autopromoción: dominaba los medios existentes (carteles, litografías, diarios, libros y cine) y el marketing como nadie. Creaba mucha expectativa y curiosidad en cada lugar adonde se presentaba apoyándose y sacando provecho de la publicidad. Su fama lo llevó a recorrer el mundo generando renombre.

Empleó la teatralidad en pos de la ilusión. Manejaba las perspectivas, las ilusiones ópticas y la sugestión.

Realizó proezas basándose en las máximas romanas; “Más rápido, más alto, más fuerte”.

Se obsesionaba por destruir a la competencia, fue el primero en patentar sus trucos. Se “inventó” un rival para, entre ambos, dominar el mercado: el mago Theodore Hardeen. Este era nada menos que un hermano suyo con un nombre falso, otro gran truco…

Una más de sus grandes luchas fue desenmascarar a los espiritistas muy de moda luego de la Primera Guerra Mundial (momento de gran ansia de la gente por comunicarse con los difuntos). Fue un innovador. Creó un código secreto para comunicarse con su esposa después de su muerte para que pudiera tener la certeza de que el contacto era genuino y le advirtió que si existía alguna forma de comunicarse desde el más allá, él sin duda lo haría. Por supuesto que esto nunca ocurrió.

En la exposición se pueden ver carteles promocionales de sus espectáculos de magia y de competidores, la proyección de la película “Freaks” de Tod Browning de 1932 que muestra el

contexto en el que trabajaban los magos en los tiempos de inicio de Houdini (los circos de diez centavos con predominio de fenómenos), videos de trucos de ilusionismo, la recreación de una celda de donde se escaparía realizando el truco que él creó para sobresalir y que lo llevó a la fama: el escapismo (escapó de cuerdas, cadenas, esposas, barriles, ataúdes, jaulas, habitaciones, un acuario llamado “cámara de tortura china”; nunca falló en ningún escape).

Película "Freaks"

Hay también un espacio dedicado a la relación entre la neurociencia y los magos porque estos conocen cómo engañar al cerebro y les brindan pistas a los científicos de cómo funciona. No falta lugar para la Argentina que también tuvo un gran surgimiento de magos en esos tiempos y cuyo máximo exponente fue Fu Manchú.

Con la exhibición se concluye que Houdini fue uno de los ilusionistas más conocidos quien se valió de los mejores recursos tecnológicos presentes en su época, introdujo conceptos futuristas, utilizó los medios de comunicación magistralmente y divulgó las bases racionales en las que se apoya la magia. Actualmente, ésta puede ser considerada una ciencia que nos permite experimentar nuestras limitaciones, comprenderlas y superarlas, una ciencia siempre regida por las leyes del asombro…


bottom of page