Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires Carlos Thays
- por Corina A.
- 22 jun 2018
- 4 Min. de lectura

El Jardín Botánico de Buenos Aires Carlos Thays es un paseo imperdible para disfrutar de la naturaleza en plena ciudad. Además, ofrece visitas guiadas con la asistencia de guías especializados para conocer las historias y características principales de la colección de plantas y de las esculturas que conforman el patrimonio cultural. También se puede visitar el Invernáculo principal.
Además brinda cursos, talleres y conferencias sobre temas relacionados con la conservación vegetal, la biodiversidad, la botánica y el paisaje, entre otros.
La entrada principal es por Av. Santa Fe 3951, Palermo, CABA.
El Jardín Botánico de Buenos Aires es llamado oficialmente Carlos Thays en honor al arquitecto y paisajista francés que lo concibió.
Este jardín forma parte de los inmensos terrenos que poseen los bosques de Palermo. Tiene alrededor de 7 hectáreas en las que conviven más de 1500 especies de plantas y flores desde 1898 cuando fue inaugurado. Su construcción llevó seis años.
Dentro del parque se encuentran distintos tipos de jardines según la procedencia de las plantas y el diseño del mismo, resaltan el jardín romano y el francés.
Además, cuenta con plantas procedentes de todos los continentes bien identificadas. Algunas se adaptan al clima, a la luz y la humedad condicionando su forma y muchas veces aprovechándose de otras. Hay árboles notables, como un ficus (cuyas semillas fueron trasportadas por pájaros), que envolvió, encerró entre sus raíces y estranguló a su hospedadora, una palmera, y la desintegró con los años, ¡una escena dramática del mundo vegetal!
El Jardín Botánico también ha sido un polo de arte importante pues además de bustos y monumentos, tiene 27 esculturas famosas de artistas reconocidos y premiados que decoran el recinto. Alberga una interesante colección de variados materiales y estilos, cuyos motivos evocan a la naturaleza, la historia o la música. Poseen gran expresionismo en la representación frente a las cuales el espectador no puede pasar indiferente sin disfrutar de su belleza. Su riqueza plástica nos habla de otros tiempos y del presente, y de la relación del hombre con la naturaleza, el arte y el paisaje.
Una de las más impactantes es “Saturnalia” del escultor italiano Ernesto Biondi. La escultura en bronce, de llamativa composición y desarrollada en forma horizontal, representa la fiesta pagana dedicada a Saturno. Muestra a un grupo de diez romanos y romanas realizado en un tamaño realista, con vestimenta de la época del imperio, saliendo de una fiesta lujuriosa abrazados y borrachos. Biondi trabajó diez años en realizarla. La obra original es de 1900 y se encuentra en la Galería de Arte Moderno de Roma, la del jardín es una réplica de 1909.

Muchas de las esculturas estaban emplazadas en otros sitios de la ciudad y en distintas épocas se trasladaron al Botánico para protegerlas del vandalismo.
Por otro lado, en el edificio central de estilo inglés se encuentra la sede de la biblioteca especializada en la materia con más de mil títulos y el Museo del Jardín Botánico. Esta casona fue habitada por Thays mientras fue Director de Parques y Paseos.
También cuenta con 5 invernáculos, siendo el más grande de estilo Art Nouveau (traído en el año 1897 desde Francia), premiado en la exposición universal de París en el año 1900, en el que se resguardan muchas plantas con requerimientos ambientales específicos de los cambios climáticos de la ciudad. Está realizado en hierro y vidrio. En los invernáculos se ubican bulbosas, cactus y suculentas y en el principal una colección de especies tropicales y subtropicales.
Las aproximadamente 1500 especies que conforman la colección del jardín fueron organizadas según los lineamientos ideados por su creador Carlos Thays. Sin embargo, en la actualidad se catalogan y organizan de la siguiente manera: por Colección Taxonómica se dividen en gimnospermas y angiospermas y por familia botánica en monocotiledóneas y dicotiledóneas. Por Colección Geográfica: Flora de Argentina (destacándose por su riqueza e importancia), Flora de los Cinco Continentes y Plantas Tropicales. Por Colección Morfológica en Cactus, Palmeras, Cycadales, Bromelias y Helechos. Por último las Colecciones Didácticas son el Jardín de Mariposas y la Huerta.
Hay un espacio dedicado a la yerba mate: El yerbal actual está ubicado en el mismo espacio que el original, implantado por Carlos Thays en el Jardín Botánico de Buenos Aires en 1896.
Cuando los jesuitas se instalaron en el noreste argentino, ya la yerba mate era producida por los indígenas y constituía una importante fuente de ingresos de las reducciones. A fines del siglo XVIII, luego de la expulsión de los jesuitas, los yerbales como explotación productiva se fueron perdiendo.
Así, llega a Thays la preocupación sobre las posibilidades de este cultivo: la yerba mate (Ilex paraguariensis) con fines industriales no podía desarrollarse con la magnitud que el país requería. Ante la necesidad de importar grandes toneladas desde Brasil y Paraguay para satisfacer el consumo interno, además de la manera en que se arrasaban los yerbales existentes para cosechar sus hojas, él emprende la tarea de investigar los métodos de germinación de las semillas.
En 1895 Thays recibe desde Paraguay las primeras semillas de yerba mate y gajos de plantas. Los gajos no prosperaban, morían, pero después de varias experiencias, logró hacer germinar las semillas al someterlas a una prolongada inmersión en agua caliente. Comienza así a difundirse su metodología.

En el año del Bicentenario, 2010, a través del Jardín Botánico de Buenos Aires y el Establecimiento Las Marías se ha recuperado la plantación de yerba mate en Buenos Aires, recreando el que fuera el primer yerbal de los tiempos modernos, que devuelve a Buenos Aires un patrimonio simbólico único. Ubicado en el mismo lugar en que lo había plantado Thays dentro del Jardín Botánico, respetando sus criterios formales y cuidando hasta los pequeños detalles. Los trabajos de preparación de la tierra incluyeron el agregado de tierra colorada de Corrientes en cada hoyo de plantación para mejorar la adaptación al ambiente de Buenos Aires.
Fue quien consiguió entusiasmar a los agricultores de Misiones para que siguieran sus consejos, lo que produjo una verdadera revolución. Una industria forestal extractiva y predatoria que, además, insumía vidas humanas, se convirtió, gracias a su aporte, en una agroindustria sustentable que permitió controles de calidad antes imposibles.
Si continuamos el recorrido también podemos encontrar la Huerta educativa: se construyó en 2007. En el taller se aprenden las tareas básicas a desarrollar en una huerta cuidando el medio ambiente.
Dentro del predio funciona además la Escuela Municipal de Jardinería Cristóbal Hicken.
Un espacio que es un orgullo de la Ciudad de Buenos Aires. Un paseo obligatorio para disfrutar de naturaleza y arte.
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