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Museo Fotográfico Simik

  • por Corina A.
  • 2 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

Frente del ingreso principal Museo Simik

¿Qué tienen en común un bombero, un bar y una multitud de cámaras fotográficas? Para responder a esta pregunta es oportuno conocer el Museo Fotográfico Simik, que se encuentra dentro del Bar Palacio, en la Avenida Federico Lacroze 3901 (esquina Fraga), en el barrio de Chacarita (CABA).

Sus objetivos son la preservación del patrimonio fotográfico de la ciudad de Buenos Aires y la transmisión didáctica, visual y técnica de la evolución de la fotografía y las cámaras fotográficas desde sus inicios.

El museo está instalado dentro de un bar para que cualquier persona pueda conocer el origen y el desarrollo de la fotografía y sus instrumentos. Es privado y gratuito, no es necesario consumir nada para visitarlo.

Surgió casi casualmente: su dueño, Alejandro Simik, se interesó por la fotografía cuando era bombero y solía acompañar al fotógrafo que hacía las pericias de los incendios. Entonces se decidió a hacer un curso en la Asociación de Fotógrafos Profesionales y comenzó a hurgar en ferias y viejos armarios de familiares y amigos en busca de antiguas cámaras fotográficas. En ese recorrido e investigación se apasionó por el tema e incluso quiso generar un lugar de consulta y encuentro para coleccionistas y apasionados de las cámaras y fotos antiguas. Al principio sólo había clases de introducción pero las actividades se ampliaron a muestras fotográficas mensuales y charlas abiertas.

Interior del Museo Simik

Aprovechó el bar del cual era propietario, un típico bar de barrio, para fundar el "Museo Fotográfico Simik", convirtiéndose en bar-museo. Según sus propias palabras, lo materializó para combatir la depresión por la profunda crisis económica y política que aquejó a la Argentina en 2001 y 2002.

El Museo comenzó a funcionar como tal en febrero de 2002.

Ya desde la puerta de ingreso principal una estatua que personifica a un fotógrafo antiguo con su vieja cámara recibe al público e invita a entrar para viajar al pasado.

En el interior de este local de amplios ventanales, se hallan muy diversos objetos relacionados con la historia de la fotografía, de gran valor histórico y emotivo. La colección comprende 20.000 fotografías de los siglos XIX y XX, que por cuestiones de espacio se van rotando y exhibiendo según la programación, por época o tema. Cada rincón está astutamente aprovechado. Hasta las mismas mesas funcionan como vitrinas.

Hay más de 2000 cámaras en exposición permanente, utilizadas desde el año 1870 en adelante. Las más antiguas son de madera, con fuelle y objetivo de bronce. Se encuentran cámaras portátiles, de fotógrafos ambulantes, de estudio, estereoscópicas para fotografía tridimensional, miniaturas de espionaje y un elemento muy curioso como un larga vista que toma fotos. Además se exhiben daguerrotipos argentinos y norteamericanos, también ambrotipos y ferrotipos de diversos orígenes.

Cámara antigua con fuelle Museo Simik

Ahora bien, ¿en qué consistían los citados procedimientos? En primer lugar, los daguerrotipos fueron el primer procedimiento fotográfico anunciado y difundido oficialmente en el año 1839, en el cual la imagen se formaba sobre una superficie de plata pulida como un espejo (para economizar, normalmente las placas eran de cobre plateado, pues sólo era necesario disponer de una cara plateada). En cambio, en los ambrotipos, la imagen se encontraba en una capa de colodión ―solución de nitrocelulosa en una mezcla de éter y alcohol― sobre soporte de vidrio (en realidad, es un negativo de colodión húmedo​ que parece un positivo obteniéndose una imagen sub-expuesta deliberadamente que se ve en positivo al situarla sobre un fondo negro). Por último, los ferrotipos eran una fotografía de un positivo directo sobre una hoja de metal, generalmente de hierro o de acero ennegrecido mediante pintura, lacado o esmaltado y empleado como soporte para una emulsión fotográfica de colodión.

Mesa-vitrina Museo Simik

También se reúne allí semanalmente el Club de Fotógrafos con Cámaras Antiguas, un grupo de fotógrafos que se propone un reto: desafiando a la tecnología actual realizan fotos con las cámaras de las vitrinas del museo.

En la planta inferior del café se dictan cursos de fotografía, hay conferencias y clases abiertas, se brinda asesoramiento fotográfico y de conservación de fotografías antiguas y cuenta con un laboratorio de revelado blanco y negro para uso público y sin cargo. Algunos días de la semana hay un espectáculo de jazz en vivo. A su vez, cada mes se inaugura una muestra fotográfica.

Se disfruta tanto del bar como de los elementos fotográficos en exposición.

En octubre del 2005 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo declaró Sitio de Interés Cultural por sus aportes realizados a la preservación del patrimonio nacional y nuevamente en 2012, por sus aportes a la conservación del patrimonio de la ciudad.

Por otra parte, desde 2011, al Bar Palacio que lo alberga se lo declaró Bar Notable de la Ciudad de Buenos Aires.


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