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"El año del desierto" de Pedro Mairal

por Corina A.

"El año del desierto" de Pedro Mairal

Dicen que “todo tiempo pasado fue mejor”, sin embargo esta novela de Pedro Mairal lo discute. Podría definirse como una distopía, un escenario caótico en que el avance de “la intemperie” lo toma todo, haciendo desaparecer las casas de la Provincia de Buenos Aires y luego también de la Ciudad para no figurar más en el mapa (tampoco el país), todo se transforma en baldíos. El deterioro también ocurre en los alimentos que se echan a perder rápidamente. La tecnología deja de existir. Las máquinas ya no funcionan, no hay más combustible ni energía eléctrica ni agua corriente. Se crea algo tan insólito como el Hotel de Emigrantes para los que se van. El tiempo transcurre al revés.


La trama comienza con una semejanza al estallido social por la crisis económica argentina del 2001 (aunque nunca se nombre) y a modo de parodia va rebobinando en nuestra historia (se pueden ir reconociendo las etapas), para terminar en las tolderías, en el desierto, a un ritmo frenético en el transcurso de un año. Un año cargado de retroceso, sufrimiento, miseria, miedo, incertidumbre. Simboliza el debilitamiento del Estado en aquellos momentos y lo que podría haber pasado hipotéticamente si la crisis hubiese llegado más allá.


El relato es realizado por María mientras apela al recuerdo (cuando puede volver a hablar), con secuelas y ya fuera del país, quien de secretaria en el microcentro ha pasado por varios roles cada vez más precarios para adaptarse y sobrevivir en cada época que le tocó transitar hasta convivir en una tribu. Quien progresivamente fue perdiendo el control de su vida, siempre agobiada, siempre queriendo escapar, siempre asfixiada ─paradójicamente cuando lo que se impone es “la intemperie” ─ Ciudad y protagonista se van degradando a la par.


En una entrevista al Diario Página 12 el autor manifiesta: “Escribí una novela antihistórica, una burla de la novela histórica; agarré la historia argentina como los chicos que rompen un juguete para ver cómo está hecho”. Una propuesta muy original, en la que no falta el humor absurdo.


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