La Casa sobre el Arroyo, un puente entre tiempos
La Casa sobre el Arroyo: un diálogo entre la naturaleza y la creatividad.
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Imposible pasar por Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina) y no intentar conocerla. En una esquina tranquila de la ciudad, en Quintana 3998, en su intersección con Funes, se encuentra una verdadera joya arquitectónica que ha resistido el paso del tiempo: la Casa sobre el Arroyo. Este icónico edificio, también conocido como la Casa del Puente, puesto que su construcción lo simula, fue diseñado por el arquitecto Amancio Williams y su esposa Delfina Gálvez Bunge, entre 1943 y 1945, por encargo del músico Alberto Williams, el padre de Amancio, quien realizó arreglos en el Himno Nacional Argentino que se entona actualmente.
Desde su creación, la Casa sobre el Arroyo ha sido testigo de numerosos acontecimientos. Fue construida como una vivienda y estudio musical, inspirada por el entorno natural del arroyo Las Chacras, sobre el que está edificada, que desemboca en el mar y fue entubado aunque después de la restauración el agua de este arroyo volvió a correr debajo de la propiedad.
La casa fue un refugio de verano para la familia Williams hasta el fallecimiento de Alberto en 1952. La herencia pasó a una de sus hijas y en 1968 la propiedad fue adquirida por el empresario Héctor Lago Beitía, quien la convirtió en estudios de radio, haciendo famosa la frase "Desde la Casa del Puente... un puente hasta su casa".
El esplendor no duró para siempre. Después de la muerte de Beitía en 1991 quedó abandonada sufriendo vandalismo y dos incendios que dejaron sus marcas. No fue hasta 2005 que la Municipalidad de General Pueyrredon intervino, comenzando un largo y arduo proceso de recuperación.
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En 2012, la municipalidad compró la propiedad y, en 2013, se inauguró el Museo Casa sobre el Arroyo. Pero el verdadero renacimiento comenzó en 2020, cuando un programa de preservación patrimonial inició su restauración completa. Para enero de 2024, el museo estaba listo para recibir nuevamente a la concurrencia.
Abierta al público, ofrece visitas guiadas que permiten recorrer parte de la vivienda principal (la que ya está refaccionada), el pabellón de servicio, la galería y el entorno natural que la rodea, es decir, el parque, que merece una mención aparte porque abarca dos manzanas, está atravesado por el cauce del arroyo, es un pulmón verde en el corazón de la ciudad y ofrece un respiro. Una experiencia que combina arte, historia y naturaleza.
Cada rincón de la casa tiene algo para contar: desde los amplios ventanales que inundan de luz los espacios interiores y que tienen vista de 360 grados y se pueden abrir para escuchar el sonido del agua, de los pájaros, del viento y de los árboles ofreciendo las mejores condiciones para obtener la música de un compositor hasta los detalles minuciosamente recompuestos como el piano y la cocina original. Tiene elementos totalmente innovadores para la época en que fue construida, por ejemplo, el baño cuenta con grifería de monocomando con un toque de modernidad y elegancia, que permite controlar tanto el flujo como la temperatura del agua con un solo mando, de uso simple y cómodo.
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A pesar de las dificultades, la Casa sobre el Arroyo sigue siendo accesible para todos. Se han implementado medidas para facilitar el acceso, aunque la estructura original presenta algunos desafíos. Se capacitó al personal para atender adecuadamente a personas con discapacidades.
Para proteger el espacio durante las visitas, se pide al público no fumar, no ingresar con animales (salvo perros guía) y seguir las indicaciones del personal para garantizar la conservación del lugar.
Así, la Casa sobre el Arroyo continúa su legado como un puente entre el pasado y el presente, invitando a marplatenses y turistas a descubrir su magia y encanto eterno.
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