“Las amigas” de Aurora Venturini
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Una vez más. Un humor ácido, mordaz, corrosivo, siniestro, ridículo, delirante, desprejuiciado, desinhibido. Es que los adjetivos no sobran para definir el estilo de Aurora Venturini en el papel de Yuna. Sincera y sin filtro, utiliza las metáforas que conviven en la confusión de su cabeza con maestría. De nuevo sus descripciones monstruosas, sus personajes sórdidos y patéticos. Otra vez los párrafos interminables en forma de monólogo, sin signos de puntuación, un tanto “fatigantes”, cansadores, muchos de ellos terminados en “y bueno” o “basta”, casi desfallecientes. En este momento no tiene ganas de dar tantas explicaciones y ya no usa el diccionario (tarea que ahora le asigna a los lectores) porque ni falta hace. Es la continuación de un buen antecedente: “Las primas”, de gran repercusión luego de ganar el Premio Nueva Novela de Página/12. Se produce una cierta familiaridad y complicidad al sumergirse en esta novela después de haber leído la anterior, ya no son necesarias las presentaciones, además, ella deja bien claro que de sus orígenes y su pasado ya se alejó y olvidó.
Como pintora exitosa, aquí también insiste en compararse con la modelo del retrato de Modigliani: “Mujer con corbata negra”, de quien, casualmente, la mayoría de sus retratos evocaban a la nostalgia o a la melancolía y esos sentimientos parecen estar como trasfondo en la vida de la protagonista que en esta etapa vive acompañada por su arte, en una soledad que ella celebra y es interrumpida de vez en cuando ─y entre enojo y enojo─ por las visitas de sus “amigas”, de las que va volcando en sus pinturas cada una de sus historias. Porque su verdadera compañía es su arte. Resulta triste y cómico al mismo tiempo.
En el presente es una Yuna ya mayor (y un tanto anticuada) pero que sigue siendo una nena por momentos ingenua y por momentos “brutal” porque no se calla nada, no da lecciones de moral. Siempre peculiar. Siempre sorprendente.
Una novela inédita y póstuma que se publica junto a otras de su autoría.
Con su forma particular de escribir, es un gusto volver a encontrarse con su pluma en “Las amigas”. Aunque por momentos provoca desconcierto al acompañarla en sus reflexiones, su escritura es única.
En nota anterior, VER RESEÑA de “Las primas” de Aurora Venturini:
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