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El Gato Negro, rincón mágico de aromas y sabores

  • Por Corina A.
  • 26 mar 2019
  • 3 Min. de lectura

Frente del local El Gato Negro

Podemos pasar con los ojos cerrados por la vereda y resultará inconfundible saber cuál es el local de donde vienen esos aromas. Sin abrir los ojos sabremos que estamos frente a El Gato Negro. Desde la calle se siente el perfume embriagante de sus especias que invita a entrar.

El Gato Negro (Avenida Corrientes 1669), llamado Don Victoriano desde 2016, es un clásico y tradicional bar y restaurante de Buenos Aires, emblema de la Avenida Corrientes, además uno de los principales comercios de venta de especias de la ciudad.

Pero…, hay una historia de amor detrás del Gato Negro. En 1927, el español Victoriano López Robredo, que había contraído matrimonio con una argentina, abrió un negocio de especias al que llamó “La Martinica” en la calle Corrientes aún angosta, hoy avenida, al 1600. Al año siguiente decidió trasladarse a un local más espacioso al que llamó El Gato Negro, en el nº 1669 de la misma calle (entre Montevideo y Rodríguez Peña), donde se encuentra actualmente. Victoriano era conocedor de las especias porque había vivido muchos años entre Ceylán, Singapur y las Filipinas. Trabajaba en una empresa inglesa y viajaba a Oriente en el tren Orient Express.

En uno esos viajes se le ocurrió utilizar el símbolo del gato sentado con su moño rojo que estaba impreso en el menú del coche comedor. Asimismo, el Gato Negro era un famoso café romántico de Madrid. Durante muchos años era característico ver en la vitrina de su tienda a un tranquilo gato negro con un moño rojo (como el que se muestra en su elegante logo en servilletas, tazas, pocillos, frascos y en cada producto de producción propia), hoy su sello distintivo.

Emblema característico de El Gato Negro

Frecuentado por clientela local y extranjera. Debe considerarse que el establecimiento está ubicado en la zona de mayor cantidad de teatros de Buenos Aires y una de las más turísticas de la ciudad, por lo que recibe gran afluencia de público y cuenta con la ventaja de estar abierto todos los días de la semana con un horario extenso.

En 1969, el hijo de Victoriano, Benigno López Robredo, se dedicó al estudio de las especias y al desarrollo de las diferentes combinaciones y mezclas cuyas fórmulas permanecen en secreto.

En el presente su dueño es Jorge Crespo, familiar indirecto del fundador López Robredo, quien en 1997 decidió poner mesas para los curiosos que iban a ver cómo se molía el café, convirtiéndose además en café, algo muy propio de la mítica Avenida Corrientes.​

Famoso en Buenos Aires por sus especias, cafés y tés, el local mantiene intacto el estilo de un almacén elegante: mostradores y vitrinas de roble, arañas de bronce y sillas thonet. Se conserva el mismo mobiliario y hasta los mismos pisos. Además de su coqueta y cuidada ambientación y su música suave, es un lugar impecable, clásico y con clase.

En el interior de la tienda, se exhiben para la venta una inmensa variedad de semillas y hierbas aromáticas, condimentos de todo tipo y de muchos países, sales dietéticas, especias en frascos y especieros de porcelana, una selección de chocolates, salsas, diversos productos de repostería, frutas glaseadas, distintas clases de arroz y pescados envasados. También tés gourmet y cafés exóticos que son molidos y tostados artesanalmente en el mismo local y con la misma tostadora de la época de origen del almacén y que pueden ser tomados en cualquiera de sus mesas acompañados de algo más, invadidos por el cautivante aroma: una combinación perfecta. Una particularidad es que el té se sirve en teteras de hierro y en cantidad generosa.

Productos a la venta de El Gato Negro

Es típico ver sus productos en venta en la vidriera. Pueden adquirirse también regalos interesantes como latas, cajas de tés y de especias y tazas, todos con el símbolo característico del comercio y a su vez primorosos pimenteros y molinillos. Hay igualmente una versión de batidos y cafés para llevar en vasitos con tapa que es muy práctica.

En el primer piso posee un amplio salón en el que se pueden comer una variedad de platos de autor. Algunos de sus copetines y batidos llevan el nombre de personajes famosos que fueron habitués del establecimiento. También suelen ofrecerse en él muestras de plástica, espectáculos unipersonales, shows musicales de jazz o tango y presentaciones de libros. Se cuenta el caso de un escritor que terminó de escribir allí un libro y decidió presentarlo en el lugar.

Estantería de El Gato Negro

Ha sido declarado Patrimonio Histórico por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y pertenece al grupo de "Bares Notables" de Buenos Aires, por ser uno de los más representativos de la misma.

Dice el nuevo slogan “otro nombre mismo espíritu, Don Victoriano es El Gato Negro”. Tres generaciones y un nuevo sello que preserva la mística. Un gato de 90 vidas perfumando Buenos Aires. Un lugar para viajar con el paladar.


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