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"Mafalda: historia social y política" de Isabella Cosse

por Corina A.

Portada del libro

La gente se agolpa para sacarse fotos, todos quieren aparecer ubicados junto a ella. Es que en el Paseo de la Historieta, en la esquina de Chile y Defensa en el barrio de San Telmo, se encuentra la escultura de Mafalda, la protagonista principal de una historieta que provocó fanáticos, sentada en un banco junto a algunos de sus amigos.


Es entendible la popularidad, es una delicia volver a recorrer algunas de sus tiras. Ver sus planteos y reflexiones geniales y sorprendentes, sus cuestionamientos mordaces, sus juegos de palabras, sus posibles dobles lecturas y entrelíneas, el manejo de las sutilezas a través de los trazos.


Frecuentemente contestataria, inconformista, jugaba con los símbolos de su época, intentaba resolver el dilema de quienes eran los “buenos” y quienes los “malos”, ponía en duda algunas creencias, era escéptica respecto a los adultos, corporizaba la rebeldía juvenil. Representando el pensamiento de la clase media progresista de los ´60 en Argentina, reveló los cambios en las relaciones familiares, las brechas generacionales, las desigualdades de género y de clase social. A veces era dulce, a veces ingenua, otras fue sarcástica, otras irónica…


A pesar de que es un ícono de la cultura popular argentina, tan nuestra como la birome, el dulce de leche o el colectivo, en otros países se “adueñan” de ella, es mundialmente famosa y fue traducida a muchos idiomas. También atravesó las distintas generaciones.


Por otro lado, se convirtió en un personaje asumido como propio por personas en diferentes partes del planeta y de diversas tendencias que recurrieron a su poder simbólico para dar sentido a sus luchas, independientemente del sentido que quiso darle Quino, su creador, se escapó de su alcance, lo que le regaló alegrías y sinsabores varios. Hay una reinterpretación constante de su figura.


Plaza Mafalda en Colegiales (CABA)

Además, despertó la “mafaldamanía” que el merchandising supo satisfacer, se generaron objetos de todo tipo con su imagen y la de sus amigos. Sigue teniendo tanto éxito que también se le atribuyen frases que no le pertenecen. Incluso dos plazas llevan su nombre, una en Mendoza (ciudad natal de su inventor) y otra en Colegiales (CABA). Desde su publicación se transformó en un fenómeno social y más tarde en leyenda y emblema del humor nacional.


Por su parte, Quino, ocurrente, provocador y ácido, percibiendo la complejidad del mundo desde la sencillez de los ojos infantiles, dio nacimiento a la historieta en 1964, muy innovadora para esos tiempos convulsionados del país, pero dejó de dibujarla en 1973 (para no volverse reiterativo aunque en pleno éxito) y sin embargo, su creación sigue tan vigente en la actualidad y cabe preguntarse porqué, cuál es el secreto de la inmortalidad.


Isabella Cosse realiza un análisis muy profundo y minucioso en el libro, pone en contexto al lector para entender los conflictos de los tiempos de publicación de la tira que resaltaba los episodios mundiales del momento y opinaba sobre ellos, también siguiendo la evolución de la historieta nos lleva a viajar por los últimos cincuenta años y responde a la pregunta.


Una obra muy completa y documentada que reconstruye la historia detrás del mito de este personaje entrañable que trascendió al autor por tener tantos puntos de contacto con la realidad. Y hoy se mantiene actual, el interés del público perdura inalterado por ella (nunca dejó de reimprimirse ni de traducirse, de copiarse ni de citarse) y además “necesaria” (me atrevo a decir) porque los problemas que denunciaba continúan existiendo y por los muchos temas que podría tratar ahora aquella Mafalda, la de ayer, la de hoy, la de siempre…


Mafalda y sus amigos- Ente de Turismo GCBA (de otro modo sería imposible obtener la foto sin gente)

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